En este caluroso verano,
uno de los grandes placeres asociado a esta época del año es la de
saborear un buen helado.
La heladería Rocambolesc es la nueva propuesta de los tres
hermanos Roca: Josep, Joan y Jordi, considerados discípulos de
Ferran Adrià . A través de seis sabores
diferentes, nos acercan algunos de los postres elaborados para su
restaurante El Celler de Can Roca, a degustar in situ o para
llevar; encontraremos por ejemplo, helado de manzana al horno receta
de la madre, sorbete de fresa con nube de lichi y fresa, gominola de
frutos rojos y frutas rojas o también el lácteo de leche de oveja,
confitura de guayaba, leche de oveja caramelizada y algodón de
azúcar: se me hace la boca agua sólo pensarlo. Para que la
experiencia sea completa, el espacio que acoge esta nueva apuesta
gastronómica nos devuelve a las heladerías de toda la vida, con
reminiscencias al mundo imaginario y mágico de Charlie y la
Fábrica de Chocolate.
El estudio de la
interiorista Sandra Tarruella, que ya firmó en su momento el diseño
del Celler de Can Roca, fue el encargado de idear este
entorno-homenaje a las antiguas heladerías.
Desde la puerta de madera ciselada, al mostrador y el banco-bicicleta
que nos recuerdan a aquellos carritos de venta de helados que se
repartían por las calles, las tuberías de rayas blancas y rojas, o
el espejo rotulado, todo está pensado para recrear la ilusión de un
espacio familiar que apela a nuestros recuerdos reales o ficticios.
El corazón de Rocambolesc
es por supuesto, la máquina de helados, con sus palancas, manetas,
cuadros y tiradores que se activan de la mano del heladero al hacer
el pedido.
El mundo de los helados,
otro clásico, de nuevo reinventado en su presentación. Hay que
descubrirse una vez más.
Adjunto enlace para
ampliar información:
http://rocambolesc.com/
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