Si entendemos hoy realismo con
pesimismo, pues es correcto enfrentar optimismo a realismo.
Pero no tiene porqué ser así.
Mantener una actitud optimista ante los problemas, permite que éstos
no se magnifiquen, y le demos el justo valor que deben tener.
Precisamente para que no nos impidan actuar. Esta opinión viene como
consecuencia de un artículo del Diario de Sevilla del pasado 30 de
julio, adjunto enlace al final del post.
Trata de la caída de autónomos en la
ciudad, y del desencanto, nunca mejor dicho, que tiene este sector.
Con algunos gestos que la
Administración ejerciera en apoyo de estos emprendedores, se notaría
de inmediato cierto "aire fresco" en la actividad
económica.
La mayor parte de los integrantes del
pequeño comercio son autónomos, estamos viendo tanto en pequeñas ,
como en grandes ciudades, calles despobladas. Aún reconociendo que
algunos de dichos establecimientos tenían los días contados por no
haber reinvertido en ellos. Hay mucho potencial de nuevo negocio que
no se atreve, no ve claro el futuro, y además nada le favorece.
Por ello, hoy he querido ser REALISTA,
sin perder el OPTIMISMO. En algún momento se tendrán que tomar
medidas llamadas de CRECIMIENTO, que ayuden a reactivar esta
situación.
Adjunto enlace del Diario de Sevilla :
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